Este jueves, Rusia denunció los comentarios “desestabilizadores” del presidente norteamericano, Joe Biden, quien amenazó con una respuesta “grave” en caso hubiera un ataque contra Ucrania, en momentos donde el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, busca en Berlín el apoyo de los europeos frente a Moscú.
La reacción del Kremlin tuvo lugar luego que el jefe de Estado de EE.UU mencionara que Rusia pagaría un precio muy elevado si invade Ucrania, en donde incluye la pérdida de varias vidas y duras sanciones para su economía, dejando claro que sería un desastre para Moscú.
El miércoles el secretario de Estado estuvo en Kiev para mostrar su apoyo a Ucrania e instó al presidente ruso, Vladimir Putin, a permanecer en un “camino diplomático y pacífico”. Hasta el momento existen decenas de miles de soldados rusos y equipamiento bélico en la frontera ucraniana, por lo que los temores de un conflicto mayor en Europa se están considerando.
Moscú ha insistido que no quiere invadir Ucrania y justifica el despliegue por sentirse amenazada por la OTAN. “Las declaraciones se repiten sin cesar y no contribuyen para nada a calmar las tensiones actuales. Además, pueden contribuir a desestabilizar la situación”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
En ese sentido, Washington anunció este miércoles “una provisión de 200 millones de dólares en ayuda para la seguridad defensiva adicional” a Ucrania, una suma que completa los 450 millones de dólares que ya habían sido pactados.
El Reino Unido también anunció esta semana enviar armas defensivas a Ucrania. Y los Estados Unidos aprobó las peticiones de países bálticos de enviar armas de fabricación estadounidenses, informó el jueves un responsable estadounidense.
