En 2021 la agencia federal habría buscado información de 3,4 millones de ciudadanos, haciendo uso de los poderes de vigilancia de la inteligencia extranjera.
Entre finales del 2020 y 2021 el FBI realizó al menos 3 millones de búsquedas de datos de ciudadanos estadounidenses sin ningún tipo de orden judicial. Esta cifra de espionaje supera al doble a la del mismo período, pero en 2019 y 2020, cuando buscó información sobre “menos de 1.324.057” ciudadanos de EE.UU., esto, según el informe anual de transparencia.
Las búsquedas se realizaron de forma legal, con base en la Sección 702 de la ley de vigilancia de la inteligencia extranjera, que, aunque está dirigida a los ciudadanos de otros países, también permite extraer datos sobre los estadounidenses.
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Según Ashley Gorsky, el gobierno de los Estados Unidos recoge correos electrónicos, mensajes de texto y otras comunicaciones de sus objetivos, que incluyen las comunicaciones con estadounidenses, todo sin orden judicial.
Además detalla que los sujetos a espionaje pueden ser periodistas, académicos, abogados y defensores de derechos humanos en el extranjero.
La versión del FBI se basa en la búsqueda de hackers extranjeros y vinculan sus indagaciones con “los intentos de comprometer la infraestructura crítica de EE.UU. por parte de actores cibernéticos extranjeros”.
Representantes del FBI aseguran que el significativo aumento de la recopilación de datos de estadounidenses se debió a un solo caso, en el que la inteligencia sospechó de un ‘hackeo’ ruso relacionado con los intentos de comprometer infraestructuras críticas de EE.UU.