Alrededor de 2.000 indígenas llevan unos ocho meses viviendo de forma provisional en el Parque Nacional de Bogotá; sin embargo, ya han llegado a un acuerdo con el Gobierno de Colombia para regresar a sus territorios en condiciones que garanticen su seguridad. Pero otros han optado por ser reubicados en la capital.
Tras el contexto de amenazas y violencia por parte de grupos armados, en el que estas personas han vivido en sus territorios, este retiro representa una solución.
La toma del Parque de Bogotá ha representado para las casi 2.000 personas vivir en estado de precariedad, pues se han estado alojando en carpas improvisadas.
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Son 15 pueblos indígenas los que irán de vuelta a sus hogares trasladados en autobuses. Pero el acuerdo no solo incluye el traslado de estos hasta sus comunidades, este incluye participación de los indígenas en la política pública y apoyo económico para la financiación de proyectos productivos, alternativas habitacionales acorde a su cultura.
Tras lo que esta comunidad califica como 8 duros meses, casi 600 niños que habitaron en el parque, no han recibido educación. Y por otra parte, dos niños fallecieron y tres nacieron en las condiciones ya mencionadas. A ello se suma que tanto menores de edad como adultos sufren de problemas de desnutrición.