Hace unos días los medios tildaban a Nicolas Maduro como el peor de los dictadores en la historia de América. Con una economía fracasada y millones de venezolanos en el exilio.
Y en efecto, el régimen de Maduro ha aplicado mano dura contra la crítica y muchos han muerto bajo la reprensión o por los efectos negativos de una pésima gestión económica (empeorada por la presión económica ejercida por el gobierno de Estados Unidos).
Pero para el gobierno de Biden poco importa el carácter autoritario del gobierno de Maduro, los fallecidos, presos políticos y los exiliados. En problemas por los efectos negativos de sus propias sanciones a Rusia, Biden ha optado por un cambio en el discurso sobre el gobierno de Venezuela.
De pronto la necesidad de petróleo de Joe Biden, ha cambiado de pies a cabeza la naturaleza de Nicolás Maduro, pasando de un dictador a un presidente democrático. Como era de esperarse, los medios han retomado este cambio; mágicamente, la economía se ha estabilizado y ya no se habla de exiliados que abandonan el país sino de migrantes que retornan.
?? La economía de Venezuela se estabiliza -contra todo pronóstico- y miles de migrantes retornan https://t.co/kxaHMMhNzf
— elEconomista.es (@elEconomistaes) March 10, 2022
En menos de dos años, Biden ha logrado dejar en ridículo a su propia política exterior. El desafío a la seguridad rusa por parte su gobierno y su pésimo papel en Ucrania, le ha hecho cometer una de las contradicciones más grandes en su discurso sobre democracia y libertad.