El Día de las Madres es una fecha que cambia en diferentes partes del mundo, pero indistintamente de eso, ese día se reconoce la labor de estas mujeres, su rol en la sociedad, en sus familias y en la vida de sus hijos.
La oficialización de la que hoy es una de las fechas más festejadas en el mundo se dio en el siglo XX, en Estados Unidos, esto debido a la insistencia de una mujer que aunque nunca fue madre, quiso homenajear a la suya.
Se trata de Anna Jarvis, quien en 1905 empezó una campaña a favor del que ella llamaría Día de la Madres, cuando su madre, Anne Reeves Jarvis murió.
La motivación y lucha de Anna, por crear ese día duró muchos años y obedece a una oración que su madre le mostró:
“Espero y rezo para que alguien, un día, reconozca un día en memoria de las madres, para celebrar el servicio incomparable que prestan a la humanidad en todas las áreas de la vida”.
Anne Reeves Jarvis
Pero la inspiración de Anna de conmemorar ese día, también nace de la labor que su madre hacía en el contexto de la Guerra Civil en Estados Unidos, pues en 1850, el estado de West Virginia, creó grupos de trabajo con mujeres para cuidar de soldados y trabajar por mejoras en la salud pública. Reeves denominaba esos días de trabajo como “Día de las Madres”.
La campaña de Harvis inició con el envío de cartas cada año a congresistas, gobernadores, celebridades y toda persona que tuviera algún grado de influencia.
Finalmente, en 1911, luego del arduo esfuerzo que esta mujer hizo por años, todos los estados de la Unión habrían reconocido el día y tres años después fue adoptado el segundo domingo de mayo para conmemorar el Día de la Madre.
Anna Harvis finalmente se había convertido en la madre del Día de la Madre.
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Sin embargo, tiempo después se replanteó a sí misma sobre lo que había creado. El Día de la Madre se había convertido en una oportunidad para los comerciantes, quienes cada año aprovechaban la fecha para ofrecer sus productos como un regalo por la fecha que se conmemora.
Ante ese escenario, el Día de la Madre habría tomado un giro completamente diferente al inicial y se convirtió en un día con mucha intención comercial y consumista.
Este hecho no fue del agrado de Anna, por lo que decidió boicotear la moción que ella misma había abanderado, puesto que esta había perdido la naturaleza de su creación.
Según lo reflejan algunas investigaciones, Harvis tenía un serio conflicto con las florerías que aumentaban los precios en el marco de la celebración, así también con la industria de tarjetas con textos impresos, su argumento en contra era que la mejor manera de honrar a la madre era mediante textos escritos propios y a mano.
Antes de morir, Anna Harvis, confesó a una periodista que “Me arrepiento mucho de haber creado el Día de la Madre”.