El presidente Joe Biden ha convocado a más de cien países para la Cumbre de la Democracia, la cual ha sido sumamente criticada por China y Rusia y de la que han quedado excluidos ocho países del continente americano.
Debido a la pandemia la Cumbre se está llevando a cabo de manera virtual y tiene como líder a los Estados Unidos quien mantiene una constante lucha entre la democracia y las dictaduras. La subsecretaria de Estado para Seguridad Civil, Democracia y Derechos Humanos, Uzra Zeya, afirmó: “no se equivoquen, estamos en un momento de evaluación democrática”. “No es ningún secreto que las democracias de todo el mundo se enfrentan a desafíos cada vez mayores debido a nuevas amenazas. Países de prácticamente todas las regiones del mundo han experimentado grados de retroceso democrático”.
El presidente norteamericano inauguró la Cumbre con unas palabras y mencionó que sostendrá reuniones con los diferentes países invitados e inclusive con oenegés, organizaciones filantrópicas y distintas empresas.
La lista de invitados que lanzó EE.UU, según la democracia de Joe Biden deja entre ver que existen “buenos” y “malos”, sobre todo deja mucho que pensar debido a cuáles han sido las naciones que han quedado fuera en esta ocasión. Por ejemplo, Brasil, Colombia, Filipinas, están dentro, a pesar que en Brasil, Bolsonaro es acusado de estar involucrado en ciertos actos de corrupción, al igual que su hijo mayor, por su presunta participación en una estafa similar a la que el actual presidente realiza, el de querer rebasar el salario de sus asesores.
Filipinas que también está dentro del la lista de invitados, a pesar que desde que llegó Rodrigo Duterte al poder, ha enviado a prisión a opositores y periodistas, especialmente cuando se montaban en temas críticos como el de su guerra antidrogas. Además, ha firmado una ley antiterrorista que pone en riesgo la libertad de expresión en ese país. En Colombia, continúa la represión, donde el presidente Duque impone régimen militar en ciertas zonas del país. Por lo que esto que al gobierno del estadounidense, liderado por Joe Biden tiene preferencias y no le importan las acciones que están siendo tomadas por otras naciones, afirmando que estas decisiones solo son una herramienta política que pone a su conveniencia y disposición. Por lo que muchos piensan que la forma en la que Estados Unidos maneja la democracia es de una forma muy distinta a su significado real, excluyendo a varios países.
Las naciones Rusia y China, a quienes Biden cataloga como autocracias, quedaron firmemente fuera, por lo que estos países consideran que se crea una brecha ideológica entre ellos. Por lo que el embajador ruso, Anatoly Antonov y el chino Qin Gang, compartieron lo siguiente: “ningún país tiene derecho a juzgar el vasto y variado panorama político del mundo con un único criterio”. El gobierno norteamericano invitó a la Cumbre a Taiwán, nación a la que China considera como parte de su territorio. Dejando entrever las intenciones políticas de Biden para instrumentalizar la cumbre como parte de su política exterior.
Por otro lado, hace unos días los Estados Unidos informaron que no enviarán funcionarios a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, en protesta en contra de las violaciones de derechos humanos, por lo que Australia, Reino Unido, y Canadá se han sumado a esta idea aunque si mandarán a sus atletas a los Juegos.
Una de las frases favoritas del presidente, Joe Biden es: “la democracia no surge por accidente”, lo que quiere decir que para el político estadounidense un sistema democrático solo puede nacer bajo la injerencia directa de su gobierno. Por lo que este debe buscar y luchar por determinar el camino a seguir de cualquier país que represente un interés estratégico para su gobierno.
Biden ha perdido la oportunidad que tenía de demostrar que su gobierno (a diferencia del de Trump) sí respeta la autodeterminación de los pueblos y la diversidad cultural como motores de desarrollo democrático. Su cumbre se ha convertido en una herramienta de política exterior, a través de la monopolización del significado de democracia, manipulando un concepto tan variopinto, plegándolo a sus propios intereses.
Es por ello que encontramos ejemplos como los antes mencionados, entre los invitados de Biden. Al final de cuentas, a su gobierno no le importa realmente el desarrollo de sistemas democráticos y el respeto a las libertades ciudadanas sino más bien quien se rinde a sus intereses y obedece sin oposición, los mandatos de su gobierno.