A partir del 1 de febrero se celebra el nuevo año chino. Se despide el año del Buey e inicia el del Tigre, considerado el rey de todas las bestias. Esta tradición se celebra hace más de 4 mil años. Incluso se da el comienzo al cultivo, despidiendo al invierno y comenzando una nueva estación. En ciudades como Barcelona y Madrid también se lleva a cabo esta celebración.
Estas celebraciones pueden llegar hasta el 15 de febrero, se realizan diferentes actividades de música, danzas tradicionales chinas y catalanas, demostraciones de tai chi y Kung-fu, desfiles de máscaras y sobre todo una feria gastronómica.
Por otro lado, muchos ciudadanos en China tuvieron que estar lejos de sus seres queridos y de sus ciudades, debido a que siguen confinados por la Covid-19. En Pekín, alrededor de 21 millones de personas son las que habitan esta ciudad y ahora se encuentran en alerta máxima por menos de un centenar de positivos del virus que resultaron con la enfermedad en enero.
A pesar de las adversidades, las personas pudieron realizar las tradiciones que se llevan a cabo ese día, entre las más comunes se destaca la de limpiar a fondo las casas para barrer la mala suerte del año pasado. El rojo es un color auspicioso, se cuelgan farolillos rojos en las calles, mientras que se pegan coplas rojas en las puertas; también es tradición hacer ofrendas a los antepasados, aunque no en sus tumbas; las personas pueden hacerlo en casa si tienen alguna especie de altar.
Este viernes es la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín. A todos los deportistas los han metido en una burbuja y sólo se pueden mover por un circuito cerrado, estas acciones han sido tomadas para evitar la propagación del virus y elevar los contagios en los atletas.