Recientemente han circulado imágenes de vídeo en redes sociales en las que se evidencia una masacre de cientos de africanos en la frontera de Melilla.
Los hechos se habrían dado el 24 de junio cuando unos 2.000 africanos adolecieron la extrema brutalidad policial de los españoles y fuerzas marroquíes.
Fuentes aseguran que unos 47 jóvenes murieron y más de 100 personas fueron trasladadas a hospitales en condiciones sumamente graves; sin embargo, organizaciones humanitarias alegan que la cifra real de fallecidos podría ser mayor y exigen una investigación inmediata para esclarecer las causas del suceso.
Las imágenes también evidencian la brutalidad con que la policía golpea a sobrevivientes heridos con objetos metálicos.
Por su parte, España responsabiliza de lo ocurrido a las mafias que se dedican al tráfico de personas y su presidente, Pedro Sánchez, calificó la llegada masiva de migrantes como un “violento asalto” contra la “integridad territorial” del país.
Todas las víctimas de este suceso huían de zonas devastadas por la guerra, quienes buscaban protección internacional debido a los conflictos en su país.
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Este es un hecho contrastante en el que el mundo ha sido testigo de toda la asistencia que las víctimas ucranianas han recibido en contexto del conflicto con Rusia, mientras que por otro lado los africanos son masacrados en lugar de ser refugiados.
Algunas organizaciones condenan el mortal hecho y piden “la apertura de una investigación seria” para determinar las circunstancias del hecho y procesar a los responsables de la masacre.
