La tormenta tropical Bonnie en su paso por Centroamérica dejó graves secuelas en los países de la región, deslaves, desbordamiento de ríos, colapso en las calles y desprendimiento de muros, son algunos de los catastróficos escenarios que El Salvador y Nicaragua vivieron la noche del sábado.
Se sabe que en distintos lugares del mundo, los ecosistemas están cambiando, y uno de esos lugares es Centroamérica, en los últimos años ha registrado un volumen de lluvias con resultados que han afectado considerablemente al medio ambiente y a la población.
Los motivos que generan esta situación son diversos, entre ellos se puede destacar el poco cuidado de los recursos naturales y su sobreexplotación, que produce la evacuación de familias que se asentaron previamente en cauces naturales de ríos y arroyos, y que en la actualidad se encuentran en riesgo de ser afectados por una inundación.
Por otra parte, si se quiere ahondar sobre el origen de las inundaciones y los desastres naturales que generan, esto se puede atribuir a la deforestación de bosques, selvas y al gran saqueo de los recursos naturales.
Se habla de cambios en cuanto al mal uso de los recursos naturales, y nuevos enfoques en las políticas que hagan que sea posible pensar en una vida sostenible a largo plazo.
Los colapsos por lluvias en Centroamérica cuentan con todo un histórico, sumando a ello que estos países no han logrado materializar un plan de acción inmediata para prevenir eventuales situaciones de crisis en las zonas de alto riesgo.
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Estos colapsos son provocados por sistemas de baja presión y el impacto del fenómeno meteorológico ha causado daños diversos en la región, en donde se registran cientos de viviendas dañadas, pérdidas en los cultivos, daños en la infraestructura vial, entre otros.
Bonnie dejó en Nicaragua crecida de ríos, inundaciones y árboles caídos, siendo el departamento de Rivas, al Sur del país, uno de los que más registra daños, mientras que en El Salvador cobró la vida de al menos una persona, donde además afectó a algunos hospitales y viviendas, mientras tanto las autoridades continúan realizando evacuaciones y rescates en las zonas de alto riesgo.
Este fenómeno podría convertirse en huracán y llegar a territorio mexicano durante lo que resta del fin de semana, especialmente en las regiones de Campeche, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.