Rusia ha vuelto a abrir parcialmente el flujo de gas hacia Europa luego de la suspensión de operaciones del gasoducto Nord Stream, pero Moscú mantiene a mano un “arma” de la cual depende la seguridad energética de la UE de cara al invierno.
Luego de cerca de dos semanas de mantenimiento en este gasoducto, que conecta los campos de Siberia con el norte de Alemania, Europa temía que Gazprom cerrara permanentemente.
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Sin embargo, Rusia volvió a habilitarlo, pero solo al 40% de sus capacidades, es decir al mismo nivel que antes de que comenzaran las tareas de mantenimiento.
La incertidumbre política y la reducción de un 60% del suministro desde mediados de junio lamentablemente persisten”, declaró en su cuenta de Twitter, el Klaus Muller, director del ente que regula la energía en Alemania.
