En Nicaragua, la feligresía católica está enfrentando una fuerte represión por parte del gobierno de Daniel Ortega, quien ha ejercido una serie de abusos hacia medios de comunicación y a la iglesia católica.
Cientos de nicaragüenses asistieron a una misa en la catedral de Managua bajo vigilancia policial, luego de que el gobierno prohibiera una procesión y en medio de fuertes tensiones entre la administración de Daniel Ortega y la Iglesia católica.
Los religiosos se reunieron en los predios de la iglesia para recibir a la venerada imagen la Virgen de Fátima, mientras en los alrededores era notable la presencia de un fuerte desplegado policial.
La prohibición de las procesiones por parte del régimen de Daniel Ortega alcanzó este fin de semana a otros templos del país centroamericano.
Te puede interesar: Dictadura de Nicaragua somete a la iglesia y a la prensa
Entretanto, monseñor, Rolando Alvarez continúa secuestrado en su curia desde hace, acusado de intentar “desestabilizar” el país.
Monseñor Álvarez, un fuerte crítico del gobierno de Daniel Ortega, no puede salir de la curia desde el pasado 4 de agosto, donde permanece junto a otras 10 personas, pues está rodeada por un amplio cerco policial.
El obispo quedó sitiado tras denunciar la decisión de las autoridades de cerrar cinco emisoras católicas y exigir al gobierno que respete “la libertad” religiosa.
Por su parte la policía asegura que investiga a Álvarez por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” con el “propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua”.